viernes, 15 de junio de 2012

EL LAICO CATÓLICO TESTIGO DE LA FE EN LA ESCUELA (primera parte)



Documento de la Congregación para la Educación Católica
15 de octubre de 1982

INTRODUCCIÓN (nº 1-4)
De los laicos depende fundamentalmente en la actualidad que la escuela pueda llevar a la práctica la realización de sus propósitos e iniciativas. La función y la responsabilidad que de esta situación se desprende para todos los laicos católicos que ejercen trabajos de todo tipo como educadores, sean docentes, directivos, administrativos o auxiliares, ha sido reconocida por la Iglesia en el Concilio Vaticano II, específicamente en su Declaración sobre la Educación Cristiana, que nos invita a su vez a ulteriores reflexiones sobre su contenido.
Este documento complementa las reflexiones hechas en "La Escuela Católica" (19 de marzo de 1977).

I.- IDENTIDAD DEL LAICO CATÓLICO EN LA ESCUELA (nº 5-24)

01.- La manera como el laico católico es testigo de la fe en la escuela depende de su peculiar identidad en la Iglesia y en su campo de trabajo (nº 5).

02.- El laico en la Iglesia. Rasgos que lo definen:

*Fundamental y común dignidad de todos en el Pueblo de Dios (cf. LG 32).
*Partícipe del oficio sacerdotal, profético y real de Cristo (cf. LG 31).
*Participación en la misma misión salvífica de la Iglesia (cf. LG 33) (nº 6).
*Ordenación de los asuntos temporales (cf. LG 31 y 36; AA 7).
*Particularmente donde la Iglesia es sal de la tierra sólo a través de los laicos (cf LG 33) (nº 7, 8 y 9).


03.- El laico católico en la escuela. Algunas precisiones sobre la ESCUELA:

Corresponde a la escuela:

*cultivar con asiduo cuidado las facultades intelectuales, creativas y estéticas del hombre,
*desarrollar rectamente la capacidad de juicio, la voluntad y la afectividad,
*promover el sentido de los valores,
*favorecer las actitudes justas y los comportamientos adecuados,
*introducir en el patrimonio cultural conquistado por las generaciones anteriores,
*preparar para la vida profesional,
*fomentar el trato amistoso entre los alumnos de diversa índole y condición, induciéndolos a comprenderse mutuamente (nº 12).


04.- La escuela ejerce una función social insustituible, pues hasta hoy se ha revelado como la respuesta institucional más importante de la sociedad, al derecho de todo hombre a la educación, y por tanto a la realización de sí mismo; y como uno de los factores más decisivos para la estructuración y la vida de la misma sociedad (nº 13).

05.- Los padres de familia tienen derecho a elegir la clase de escuela que prefieren. Por tanto, no es admisible, en principio, el monopolio de la escuela por parte del Estado. El pluralismo de escuelas hace posible el respeto al ejercicio de un derecho fundamental del hombre y a su libertad, aunque ese ejercicio esté condicionado por múltiples circunstancias según la realidad de cada país.
El laico católico desempeña una función evangelizadora en las diversas escuelas, y no sólo en la escuela católica, dentro de las posibilidades que los diversos contextos sociopolíticos existentes en el mundo actual le permiten (nº 14).

El laico católico como educador.

06.- No se habla del profesor como de un profesional que se limita a comunicar de forma sistemática en la escuela una serie de conocimientos, sino del educador, del formador de hombres. Su tarea rebasa ampliamente la del simple docente, pero no la excluye.

La profesionalidad del educador implica:

*La comunicación de la verdad. Cualquier verdad será siempre una participación de la Verdad, y la comunicación de la verdad como realización de su vida profesional se convierte en un rasgo fundamental de su participación peculiar en el oficio profético de Cristo, que prolonga con su magisterio (nº 16).

*La formación integral del hombre como finalidad de la educación, incluye el desarrollo de todas las facultades humanas del educando, su preparación para la vida profesional, la formación de su sentido ético y social, su apertura a la trascendencia y su formación religiosa (nº 17).


07.- Toda educación está guiada por una determinada concepción del hombre. Dentro del mundo 
pluralista de hoy, el educador católico está llamado a guiarse conscientemente en su tarea por la concepción cristiana. Esta concepción:

*Incluye la defensa de los derechos humanos.
*Coloca al hombre, en la más alta dignidad, la de hijo de Dios; en la más plena libertad, liberado por Cristo del pecado mismo; en el más alto destino, la posesión definitiva y total del mismo Dios por el amor.
*Lo sitúa en la más estrecha relación de solidaridad con los demás hombres por el amor fraterno y la comunidad eclesial.
*Lo impulsa al más alto desarrollo de todo lo humano, porque ha sido constituido señor del mundo por su propio Creador.
*Le da como modelo y meta a Cristo, Hijo de Dios encarnado, perfecto Hombre, cuya imitación constituye para el hombre fuente inagotable de superación personal y colectiva (nº 18).


08.- Todo educador católico tiene en su vocación un trabajo de continua proyección social, ya que forma al hombre para su inserción en la sociedad, preparándolo para asumir un compromiso social ordenado a mejorar sus estructuras, conformándolo con los principios evangélicos, y para hacer de la convivencia entre los hombres una relación pacífica, fraterna y comunitaria (nº 19).

09.- La formación integral del hombre tiene en la escuela su medio específico: la comunicación de la cultura. Este comunicación para merecer la calificación de educativa, además de ser orgánica, tiene que ser crítica y valorativa,histórica y dinámica (nº 20).

10.- El educador católico debe aspirar a practicar una pedagogía que conceda especial relieve al contacto directo y personal con el alumno (nº 21).

11.- Todo este trabajo tiene lugar en una estructura: la comunidad educativa. Ello le brinda la posibilidad de vivir personalmente y hacer vivir a sus alumnos la dimensión comunitaria de la persona, a la que está llamado todo hombre como ser social y como miembro del Pueblo de Dios.
La comunidad de la escuela católica es el espacio donde el educador tiene la gran oportunidad de enseñar a vivir experimentalmente al educando lo que significa ser miembro de la gran comunidad que es la Iglesia (nº 22).

12.- PERFIL DEL EDUCADOR LAICO CATÓLICO:

"El educador laico católico es aquel que ejercita su ministerio en la Iglesia viviendo desde la fe su vocación secular en la estructura comunitaria de la escuela, con la mayor calidad profesional posible y con una proyección apostólica de esa fe en la formación integral del hombre, en la comunicación de la cultura, en la práctica de una pedagogía de contacto directo y personal con el alumno y en la animación espiritual de la comunidad educativa a la que pertenece y de aquellos estamentos y personas con los que la comunidad educativa se relaciona" (nº 24)

www.mercaba.org/FICHAS/Javeriana/EL LAICO CATOLICO TESTIGO DE LA FE EN LA ESCUELA.ht 

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